lunes, 9 de enero de 2012 0 comentarios

TODOS LOS CAMINOS ME LLEVAN HACIA ÉL (XV)

Me desperté horas después y aún seguía sola en la casa. Me pegué una ducha, comí algo y me vestí. A continuación llamé a mi amiga Yole para saber por dónde andaba y me dijo que estaba en “El Mos d’Eva” con otras chicas y la dije que me esperase allí que iba para allá, y así lo hice, necesitaba salir y despejarme, necesitaba sacar de mi cabeza a Mario por unas horas y pensé que esa sería la solución. Me fui hacia la parada del autobús y media hora estuve allí. 
Ya había estado varias veces con Yole en ese garito, pero aún así, cada vez que entraba me quedaba, al principio, un poco cortada, porque, aunque entraba todo el mundo, era un local de ambiente lésbico y no estaba acostumbrada a ver parejas de chicas besándose. Me dirigí hacia dónde estaba el billar, ya que Yole me había dicho que estaban allí y allí las encontré, las di dos besos a cada una, me pidieron una cerveza y Yole me propuso jugar al billar. 
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TODOS LOS CAMINOS ME LLEVAN HACIA ÉL (XIV)

Me quedé en el umbral de la cocina con la boca abierta sin poder articular palabra, paseando la mirada de Blanca a Mario y viceversa, cuando Blanca rompió el hielo con una gran sonrisa y un amable -buenos días Lucia, ¿te apetecen unas tostadas para desayunar?-, lo que hizo que recobrará la compostura y contestase –sí, muchas gracias- y entonces le dijo a Mario, que ya que se estaba haciendo unas tostadas para él, que si no le importaba hacer unas para mí. 
A Blanca no le sorprendió lo más mínimo el verme entrar en la cocina un sábado tan temprano, dio por hecho que había pasado la noche con Pedro, pero Mario no, Mario no podía creer que estuviera allí, delante de él, con la camisa del pijama de Pedro puesta. No podía hacerse a la idea que había pasado la noche con Pedro y, al principio, nada más verme, puso cara de auténtica sorpresa para luego pasar a poner cara de pocos amigos, pero enseguida tuvo que cambiarla por una más amable y sonriente cuando Blanca le pidió que me hiciera unas tostadas y contestase –en absoluto cariño-. 
 
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